El euro, la moneda que lo cambió todo

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La primera vez que vi los billetes de euro, cuando entraron en circulación el 1 de Enero de 2002, recuerdo haber pensado que parecía dinero del Monopoly. Pero lejos de ser dinero de juguete, el Euro es una moneda muy real, tanto que ha influido en la vida de millones de personas en toda Europa desde entonces.

Hasta ese momento, cada país tenía su propia moneda, y el valor de ésta se encontraba influenciado en gran medida, por los vaivenes de su economía. Desde la entrada en vigor del euro, los ciudadanos de un gran número de países del viejo continente ya no tienen que preocuparse por las tasas de cambio cuando visitan países vecinos. De los 28 estados que forman la Unión Europea, 19 lo utilizan. También lo hacen otros que no pertenecen a esta asociación, y algunos han preferido no incorporarlo y continuar con sus monedas propias.

El euro es emitido por el banco central europeo, y circula tanto en formato de moneda como de billetes. Las monedas existentes son las de 1 y 2 euros, además de otras cuyo valor es fraccionario, y que son las de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos de euro.

En lo referente a billetes, los que hay en circulación actualmente son los de 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 €. Como es lógico, los más pequeños son de uso mucho más común y se emplean para las transacciones económicas a pequeña escala que tienen lugar cada día, pero, ¿Qué ocurre con los billetes de 500€? ¿Cuál es su razón de ser?

La emisión de billetes de tan alto valor siempre ha suscitado polémica, precisamente por el hecho de que su uso siempre se ha visto vinculado a operaciones poco transparentes y de dudosa legalidad.

Por esta razón, el banco central europeo ha decidido que, a partir del año 2018, dejen de imprimirse estos billetes, si bien continuarán siendo válidos y podrán canjearse en cualquier momento.

Aunque el objetivo de esta medida es luchar contra las actividades económicas ilegales, no hay demasiadas esperanzas entre los expertos de que esta medida vaya a tener dicho efecto. Los “delincuentes de cuello blanco” seguirán llevando a cabo sus actividades ilícitas, ya sea a través de los billetes de 200 € como de Bitcoins u otro tipo de criptomonedas.

Sin embargo esta medida si que tendrá consecuencias, que, muy probablemente, terminen pagando los ciudadanos de a pie, esos mismos que jamás han tocado un billete morado. Los costes de almacenamiento de los bancos serán mayores, y como es bien sabido, éstos nunca pierden.

¿Cómo afrontarán ese coste extra? Muy probablemente, repercutiendo nuevas comisiones a sus clientes.

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