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Vocabulario de Comida en Latín

Esta es una lista de las palabras más comunes en latín relacionadas a la comida. La palabra comida en latín es cebus.

Pierna - Perna

Pepino - Cucumis

Pastel - Placenta

Asparrago - Asparagus

Guisante - Pisa

Ciruela - Prunum

Carne - Caro

Sopa - Jus

Zanahoria - Carota

Ensalada - Acetaria

Oliva - Oliva

Pan - Panis

Lechuga - Lactuca

Leche - Lac

Salsa (un tipo usado por los romanos) - Tomaclum

Banana - Ariena

Queso - Caseus

Pescado - Piscis

Huevo - Ovum

Uva - Uva

Manzana - Malum

Un dato interesante es que la palabra en latín para 'manzana' y 'maldad' es la misma, malum. La única diferencia siendo que malum de manzana tiene la vocal 'a' larga. Leer más sobre pronunciación básica en latín.

¿Qué comían los romanos?

Estamos acostumbrados a ver en las películas de romanos cómo en sus fiestas y bacanales no se privaban de ningún tipo de lujos, y la comida era un elemento principal. Pero, ¿realmente era así? ¿De qué se componía la dieta de los romanos?

Como en cualquier otra sociedad, hay que establecer una distinción entre las clases poderosas y las clases bajas, ya que los alimentos que consumían unos y otros eran radicalmente distintos. La base de la alimentación en tiempos de la antigua Roma era el trigo. Durante la época de la República, los habitantes de Roma consumían aproximadamente unas 3000 calorías diarias, de las que 2000 provenían de este cereal, con el que se elaboraba harina y pan.

El vino era otro importante elemento, si bien los romanos todavía no dominaban el arte de su conservación, por lo que a menudo se les agriaba. Muchas familias modestas se alimentaban principalmente a base de sopas de pan y vino.

Durante el Imperio Romano hubo periodos de mayor abundancia y otros de mayor escasez. En estos, el alimento básico eran una especie de gachas de harina de trigo conocidas como Puls. Por supuesto, la carne era un lujo al que los pobres no podían acceder, y sólo pudieron incorporarla a su dieta en tiempos del emperador Aureliano, en los que se repartía de forma gratuita carne de burro.

El pescado también les estaba vedado a los menos favorecidos que tenían que conformarse con morrallas en salmuera.

Las clases más adineradas, por el contrario, sí que tenían una mayor variedad de fuentes proteicas animales. La carne de cerdo era la más común, pero poco a poco fue aumentando el consumo de otras como buey, cabra, oveja, cordero y gamo. Y un dato sorprendente: también comían carne de perro.

En los tiempos de mayor abundancia, llegaron a Roma todo tipo de alimentos de todos los confines del Imperio, aunque sólo las clases altas tuvieron acceso a ellos. De Persia llegaron Pavos, de Hispania, conejos, de Tarento, ostras y almejas…En los menos favorables, el pueblo se alimentaba únicamente de aquello que la tierra y algunos animales le proporcionaban: hortalizas, cereales, huevos o leche.

Como puede comprobarse, la alimentación del pueblo romano fue muy diferente, dependiendo del momento histórico y del grupo social que se tome como referencia. Como siempre, los menos afortunados tenían que conformarse con alimentos básicos, mientras que la clase pudiente no se privaba de nada, e incluso se permitía el lujo de consumir carnes exóticas como el loro o el flamenco.